Buenas tardes, noches, días o cuando leáis esto. Me presento directamente sin rodeos. Soy Joaquín García González, Quino para los amigos.
No podéis imaginar las pocas ganas que tenía de comenzar este proyecto ¿Por qué? Porque nunca he sido capaz de comenzar nada en mi vida. ¡Nunca! Bueno... siendo sinceros, más bien de terminarlo. Pues no son pocas las aventuras inconclusas en las que he osado aventurarme. Eso sí, en mi mente. Porque en la realidad nunca he cruzado el umbral en busca de la gloria y la fortuna si no ha sido menester para provocarme un perjuicio. Así soy yo, entonces; dubitativo, pusilánime, un cualquiera. Me desnudo ante vosotros porque solo así podré hablaros y contaros cuanto quiera sin tapujos. Sin mediciones. Sin miedo.
Durante este periodo de tiempo, realizaré actualizaciones en las que subiré viejos proyectos inconclusos. Pero no temáis, que a estos les precederán otros tantos; nuevos, maquetados, y evidentemente sin terminar.
Lamento vanagloriarme de mi ausente capacidad de esfuerzo en lugar de asir las riendas de la voluntad y con vehemencia lanzarme, con arrojo, al futuro mejor. Lo lamento de veras, pero no puedo ocultar por más tiempo mi imperiosa necesidad de manifestarme como un ahogado en las profundidades. Pues de igual forma, sin ser capaz de distinguir inmerso en la oscuridad de la tormenta del pacífico qué es arriba y qué es abajo, me zambullo en las profundidades en busca de una huida. De una huida, sin embargo, constructiva; que ha de guiar de mis pasos y transformar los tablones que con desprecio arrojo tras de mi en la casa que pudiera ser; o en su defecto, el ataúd en el que pueda descansar.
Joaquín 13/11/2023
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